Wander & Wonder: Short stories on the road II (Español).
- Cecilia Noguera
- 12 dic 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 19 mar

Hola a todos! Bienvenidos a esta segunda parte del viaje donde los llevo a pasear conmigo. Porque es divertido, si, pero también para seguir escribiendo siempre un poco más. Hoy continuamos la aventura italiana yendo un poco más al sur: a la Costa Amalfitana.
Siempre validen sus boletos de tren.
Dejé Roma un lunes a la tarde, después de caminar en esa ciudad increíble el par de horas extra que mi rodilla me dejó. A la 1pm salió de la estación un tren a Nápoles, con una Ce muy estresada como pasajera. Y ustedes se preguntarán por qué, ¿no? Bueno, déjenme contarles y aprovechar para darles un tip de viaje muy importante. Resulta que cuando uno compra un ticket de tren en persona en la estación (muy vintage, por supuesto) siempre tiene que acordarse de validarlo. Hay unas máquinas muy pequeñas en cada anden que sirven para eso. Parece fácil, ¿no?
Bueno, no para mi. Tenía el dato, si, pero la verdad es que no encontré ninguna. Así que pasé los primeros minutos de ese viaje gastando más de la mitad de mi roaming averiguando cuál iba a ser el castigo por semejante ofensa: ¿pagar 60 euros de multa?, ¿Que me expulsen del tren?
Para ventaja de esta turista perdida, un tono educado y una cara de “no soy de acá, porfi no me cobren” funcionaron a la perfección, y nadie tuvo que ser expulsado del vagón. Llegué a Nápoles y, después de tomar un tren más - porque siempre hay un tren más - llegué a Sorrento.
El truco es viajar en manada
Como les conté en el blog anterior, este era en realidad el viaje de mis padres, yo sólo decidí colarme. Así que llegué a Sorrento y ahí estaban esperándome. No voy a entrar en los detalles de verlos después de meses (las consecuencias de ser una hija que vive en el exterior), tal vez eso sea material para otro blog. Podemos decir simplemente que se escaparon algunas lágrimas, se compartieron algunas risas y se cargaron las valijas desde la estación al departamento que alquilamos.
Aunque en mi opinión hay un gusto enorme en viajar solo - escuchar música, perderse en callecitas - hay algo muy especial (y privilegiado) en encontrarse con la familia en algún lugar del mundo. Hay una calidez, una sensación de camaradería y acompañamiento que hace que todo sea un poco más fácil. Viajar “en manada” agrega nuevas experiencias a la aventura, transformando cada instante en memoria colectiva.
Romantizando Italia.
¿Les tiro otro tip que nadie pidió? Si pueden, vístanse para el lugar que visitan. La Costa Amalfitana es todo lo que uno puede soñar cuando ve postales y fotos, así que es muy fácil romantizar la experiencia de estar ahí. En mi caso, me puse un vestido fresco, me maquillé y decidí vivir el sueño mientras se podía. O sea, mientras no estuviese arriba de un ferry.
El problema es simplemente que me mareo cuando viajo en ferry, así que el comienzo de este tramo no fue tan glamoroso como mi look quiso aparentar. Pero, habiendo sobrevivido el viaje, lo que vi del otro lado valió la pena. Amalfi, Atrani y Positano son pequeñas ciudades colgadas de la montaña, desafiando a la gravedad con callecitas pequeñas y coloridas. Son realmente lo que uno imagina cuando sueña con Italia, y con razón. Caminar esas calles mirando el mar, mientras disfrutas de un helado te hace sentir que estas a un paso de vivir cualquier película de amor. Esa en la que heredas un departamento de algún pariente lejano y decidís dejar tu vida de 9 a 18 para mudarte a Positano y empezar una nueva vida. Comenzás a trabajar en un restaurante, aprendiendo sobre la cocina italiana y enamorándote de algún local, todo mientras vivís con vestidos floreados, tomando Aperols y esperando que termine la peli y empiecen los créditos.
De más esta decir que no me quedé a vivir ese sueño hollywoodense, pero si disfruté cada segundo de imaginarlo. Bueno, menos el viaje en ferry.
A continuación: Nápoles
Tenía pensado incluir Nápoles en esta parte del blog, pero decidí que merece su propio capítulo. Siento, además, que el “mood” cambia un poco: de las vistas románticas y veraniegas al caos, la música fuerte y todas las referencias a Maradona que uno se pueda imaginar. Como Argentina y fanática del fútbol, creo que es necesario un break entre ambas historias.
Hasta la próxima!
Ce.